Se puso la noche a cuesta y se adentro al mar justo antes de la madrugada. Justo antes de que los pies del día caminaran las primeras horas, justo antes que las caricias de las olas hicieran pasión y deseo al alba.
Salió a remar las infinitas aguas de ese mar lleno de sueños, lleno de misterios que atravesaban las pupilas, junto a los milagros de labios y besos, de sonrisas iluminadas y de infinita ilusión...
En medio de ese mar detuvo su vida, saco una inmensa red y quiso pescar al amanecer.
1 comentario:
Maxito querido, cuánto tiempo que no te leía! Es siempre un placer! Te quiero y extraño, amigo mio! Te mando un beso enorme y otro a Ire.
Y siempre son bienvenidos a nuestra humilde morada! tk, Gerald.-
Publicar un comentario