martes, 19 de mayo de 2009

Un silencio y pocas palabras

a Mario Benedetti

Será que hoy ya no estarás
asomado a esa ventana donde la alegría
de vez en cuando tiraba piedritas,
quizá donde hoy estés
podrás saber si Dios existe
y estate seguro que si es así
no le va a molestar tu duda.

Allí donde estés serás feliz
porque estarás recitando tus poesías,
esa que nos calmó la tristeza
más cerca del prójimo que del légimo
así te vas con una valija de vida
que nos hizo comprender el mundo
y la lección de aprender a cambiarlo.

Este es el viaje donde partes diciendo adiós
buscando alguna nubecita
donde encontrarte con tu Luz,
pero aun así,
sabiendo que te las arreglarás ahí arriba,
aquí se nos va un poquitín de esperanza.

jueves, 7 de mayo de 2009

Solicitada modesta

De buenas a primeras
advierto que abrir un ventanal
no sólo es eso
(es decir, abrir un ventanal)
sino mucho más que eso;
abrir un ventanal es dejar pasar
a la luna o al sol,
es dejar que el amanecer se amontone
en los rincones de la casa
o la noche se desplace
con pasos sigilosos de ladrón,
es traer la vida de allí fuera aquí dentro,
es distraer el extraño viaje del viento,
es la invitación a que entre una hoja del otoño
o el perfume de los jazmines y los tilos,
es como si salieran golondrinas de sueños y deseos
a estrellarse contra el mundo,
es asomarse a la áspera rutina
con alas de libertad
cortando en tajadas las tristezas,
es desperezarse cada mañana y recibir el beso
que se perdió entre los amantes
en medio la confusión, las corridas,
los tropiezos y la prisa del reloj;
por eso es preciso y necesario
abrir los ventanales del mundo
y así la vida se suceda quizá diferente
en esa tentativa de ventanales abiertos.