viernes, 23 de julio de 2010

Acontecimientos

Una vez más a Irene,
la razón de mi vida
y de tanta felicidad.


Aconteció que tus ojos me miraron
y te supe parte de mi vida,
que en tu piel hallé la luz
y la pasión de la luna,
y en tus labios el secreto del mar.

Aconteció que te vi
entre desnudez y ternura,
que tus días se hicieron mis días
y en la noche de tu pelo
encontré la última estrella perdida.

Aconteció que tus manos
trajeron la brisa inquieta
que danzó sobre los pétalos del sueño,
mientras mis pensamientos sobrevolaban
el cielo de mil pasiones
en el horizonte de tu sonrisa
y entonces,
la geografía de tu cuerpo fue mi mundo.

Aconteció que fue en el último silencio
entre decir tu nombre y hallarte de nuevo,
cuando el sol se quebró sobre los techos
y desparramó sombras, luces y siluetas de tu hermosura,
después la luna se vistió de noche,
el horizonte de fuego se hizo cenizas,
y desperté a tu lado, amándote.