viernes, 18 de diciembre de 2009

Poema para Irene (II)

Mezclo madrugadas y desayunos
en un café,
te veo florecer llegando a la avenida,
con el simpático gesto de tu sonrisa
y un alegre paso aligerado;
te espero por acá,
sentado a la orilla de este mundo
que sobrevive
por la hermosura de tu luz,
tus movimientos frescos,
tu mirada que se encuentra
y se desencuentra con la mía;
puede que sea un día de sol
o un almanaque de paraguas y lloviznas,
pero tus pies bendicen de ternura este alrededor,
tu cuerpo perfecto es alba y crepúsculo,
es silencio del poeta en el verso de amor
cuando no quedan palabras para describirte,
es canto de jilguero,
es agua de río en calma
a orilla de la pasión
tu cuerpo pequeño que tanto deseo,
es la cumbre mas alta de toda belleza,
fascinación absoluta de la perfección de tu silueta,
te busco y te encuentro
mis ojos cerrados o abiertos
vos quieta;
yo casi a un paso de sentirte
de sentirme atravesado por un beso de tus labios
y el universo que es un pájaro azul
nos envuelve con sus alas.