miércoles, 13 de agosto de 2008

Epílogo de lo dicho y lo hecho

Esta noche trémula y silenciosa,
filosa como el suicido,
frágil como tus besos,
lugar indicado para encontrarnos
desencontradamente.

Es tan cierta esta mentira
que nos juramos no decir,
irse al después del ayer
y aparecer de nuevo frente a frente
como esperando lo que ocurrirá
y saber entre nosotros que no debería ocurrir,
evitar tratados de lógica,
postergar al universo la predicción maldita,
romper las reglas del azar.

Algo de ese, tu ’te extraño’ fingido,
algo de mi ’te amo’ hipotecado,
algo más de tu cuerpo que me cuenta pecados,
no hay por qué, ni para qué,
esta situación nos atraviesa el centro
el árbol muere de pie
y mira con dolor este invierno que no siente,
tú sientes el frío,
yo postergo estas lágrimas
que tejen penas para abrigarte.

Otra vez vuelvo a amarte,
tantas veces como el odio
se disfraza de amor,
y me quedo aquí con tu belleza, tu esplendor,
con lo que somos,
como eso que no somos,
y nos asomamos el uno al mundo del otro,
pienso en ti como el ángel que perdió su cielo
por mil y un pecados,
pero no me sobran motivos para pensar en ello,
me faltan razones para arrancarme el corazón,
me besas de nuevo,
todo pasará como filoso y frágil;
como la noche trémula y silenciosa.

martes, 5 de agosto de 2008

Principio de olvido

Sólo recuerdo haberte olvidado,
no más que eso,
todo fue tan poco,
todo tan temprano...

Cuando las hojas del invierno habían hallado rumbo,
cuando la lluvia proponía el juego de la tristeza
y la habitación en penumbras parecía tan grande,
nada encajaba en el rompecabezas
y la locura cerraba sus ojos
con la cabeza en una almohada que no era la suya,
cuando parecías tan cerca,
y tu voz, en arrullos de leve nostalgia me dejó de ti tan lejos,
cuando añorando el aroma de tu cuerpo entre mis sábanas
sólo encontré tus lágrimas en esa cama vacía,
de repente me vi lejos, en ese túnel oscuro que jamás terminaba...

Cuánto más amor, cuánto más será este camino de infinito,
cuánto este dolor, esta pena, cuánto dolerá el amor como el puñal
y las tardes sin duendes,
sin naranjas el ocaso quedará despojado,
cuánto tiempo más, cuánto más recordar haberte olvidado.