Estás mágicamente dulce
doncella que dibujas mi mañana
y renaces en cada pensamiento.
El vértigo de tenerte tan cerca
tan cierta, tan verdadera,
como cuando te descubrí en aquel sueño,
la sonrisa que me sacude y me envuelve
en esos inquietos instantes maravillados,
ese “te quiero” que espero,
la duda de ese “tal vez” que me regalas,
ese “te amo” que casi se me escapa,
cuando teniéndote tan cerca puedo sentir
tus latidos,
puedo arrimarme a tu boca llena de primaveras,
y contemplarte en esa postal
del paisaje verde y el atardecer de acuarelas
que comienza a dibujarse.
No te miento en lo que digo
aún cuando algunas verdades callan
algunas mentiras,
no te prometo ese amor eterno
que me pides que no te prometa,
sólo comienzo a sentirte única
y entonces tú te vas yendo
para cuando yo sólo pienso
poder verte de nuevo mañana.
2 comentarios:
Aca está la caprichosa que quiere escribirte y por eso te escribo. No puedo dejar de decir que es maravilloso lo que haces y lo que sos. Es muy cierto eso de no prometer amor eterno.
Una vez más haciendo lo que quiero.
Besis
Solcito
Hola Rodrigo, es la primera vez que visito tu blog, me encanta todo lo que escribes, definitivamente eres afortunado de poder trasmitir tantos sentimientos a travès de la palabra, felicitaciones.
Un abrazo.
Darnely.
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